sábado, 16 de octubre de 2010

La lucha contra la crisis obliga a BCN a congelar sus cuentas para el 2011

14-10-10

Tiempos de austeridad en el Ayuntamiento de Barcelona. La crudeza de la crisis, comparable a la que provocó el crack del 29, según el primer teniente de alcalde, Jordi William Carnes, aconseja al bipartito congelar el presupuesto municipal para el 2011. El objetivo es doble. Por un lado rentabilizar el hecho de que el de Barcelona sea el ayuntamiento menos endeudado por cápita de las capitales provinciales, a años luz de la mochila que soportan los madrileños. El beneficio inmediato de contar con esas cuentas más que saneadas (la deuda apenas supera el 50% de los ingresos ordinarios) es que la capital catalana será la que mayor volumen de inversión se permita realizar en este 2011 cuando la crisis se expresará en toda su virulencia en los presupuestos municipales. El otro objetivo es hacer ese esfuerzo inversor y mantener la buena prensa que el ayuntamiento tiene entre los organismo internacionales.

El presupuesto consolidado (el del ayuntamiento más el Patronato de la Vivienda, BSM y el resto de empresas municipales) se eleva a 2.736 millones de euros, dos millones menos que en el 2010. En estas cifras se incluyen los 240 millones que el ayuntamiento ha solicitado a las entidades bancarias este año («mientras a unos les cuesta colocar sus bonos, nosotros colocamos esta deuda en una semana» señaló, sin mayor acritud, un vitriólico Carnes) y que invertirá en el 2011.

Al menos en parte, porque en la práctica el ayuntamiento rebajará el año que viene en 100 millones su deuda. Esta era de 960 millones para el 2010, a los que hay que sumar los 240 de los créditos, para un total de 1.200. Tras la devolución de esos 100, la deuda quedará en 1.100.

La crisis ha alterado, también, el ritmo normal de inversiones en un mandato. Según una regla no escrita, es en el último año -en los últimos dos, a lo sumo- donde se concentra el mayor volumen de inversión. De hecho, los asfaltados de calles y las fiestas para inaugurarlos, a dos meses de las elecciones son ya una tradición tan barcelonesa como colarse en el metro. Pues bien, los últimos presupuestos de Jordi Hereu, en este mandato, rompen con esta tradición. A pesar de mantener la primacía española, la inversión pasa de los 948 millones del 2010 a los 661 del 2011. Un 30% menos.

GASTO CORRIENTE / No es la única tradición con la que estos presupuestos acaban. Otra es la que fija que el gasto corriente del ayuntamiento debe crecer por encima de la inflación. Los recortes introducidos en el plan de ajuste de mayo, básicamente la reducción del sueldo del personal del ayuntamiento de entre el 5% y el 15%, dan sus frutos en estas cuentas y permiten situar el aumento de esta partida en un modesto 0,7%. De no haber mediado el reajuste, se hubiera disparado hasta el 3,3%.

Los ingresos se mantienen en las cifras del 2010, a pesar de que el IBI se congela por tercer año consecutivo en casi todas sus variantes, al menos, en aquellas que afectan a la mayoría de barceloneses. El secreto radica en una mayor aportación de dinero del Estado, en virtud de un aumento de la recaudación de los impuestos. Es decir, los presupuestos prevén que empiecen a salir los llamados brotes verdes, es decir, que se reactive la economía. La futura venta de casi toda la participación municipal en la empresa de servicios funerarios, contrarrestada en parte por la compra de los cementerios, es otra de las fuentes de ingresos para este año.

XABIER BARRENA
BARCELONA
El Periódico

Leer Más...

sábado, 2 de octubre de 2010

La Catalunya triste y aburrida

26-9-10

· Tras 25 años de discusiones, la reforma de los quioscos de la Rambla se resuelve con un espantoso juego de manos

Llevamos años manoseando la Rambla de Barcelona, encaminando su belleza estructural, la carga de identidades y la fuerza de aglutinación social no hacia la obtención de un escenario urbano confortable y digno, sino hacia un circo artificial de incongruencias torpes y asquerosas. El último episodio es el de los nuevos quioscos de comida, bebida y fetiches turísticos en el tramo hasta el momento ocupado por la venta de animales.

Hace ya tiempo que perdimos la eficacia de ese elogio romántico y noucentista: la Rambla es el paseo de los libros, las flores y los pájaros. Los tenderetes de este tipo de comercio eran, al principio, casi espontáneos, pequeños y discretos, hasta que su proliferación obligó a ordenarlo y diseñarlo. Primero fueron los puestos de prensa y libros. El proyecto de los arquitectos Pep Alemany y Enric Poblet resolvió muy bien el problema: una estructura ligera que parecía casi improvisada y que se integraba en la ligereza y la improvisación del espacio público. Quizá ha habido algunos errores, pero, en general, la operación acreditó la marca de Barcelona como ciudad de buen diseño. Los quioscos ganaron el premio FAD en 1972.

El segundo intento fue el de las floristas. Tras discusiones y dudas se propuso el modelo del arquitecto Tonet Sunyer, premiado en un concurso de 1991: una solución admirable por la funcionalidad y el gesto expresivo de su estructura. Desgraciadamente, solo una floristería construyó el nuevo quiosco porque las demás se resistieron argumentado un coste excesivo. Debe subrayarse, pues, el testimonio de cultura y ciudadanía de la parada Carolina, en medio de la tacañería de los demás. Algún día -si las cosas cambian—podremos volver a utilizarlo como modelo generalizable.

Finalmente, llegó el momento de los pájaros. El arquitecto Moragas Spa ganó el concurso de proyectos de 1997 con unos cubículos que se plegaban y desplegaban para no ocupar demasiado espacio ni cortar perspectivas visuales. Esta solución aseó más o menos todo un tramo de la Rambla, pero, al cabo de un tiempo, algunas deficiencias y muchos abusos -de los comerciantes y del público vandálico— acabaron por degradarlo y convertirlo en un escaparate escandaloso del maltrato a animales enjaulados como simple mercancía. La solución que se está adoptando ahora no ha sido la mejora de estas condiciones, ni la imposición de orden y limpieza, ni la exigencia de buena educación cívica, ni los nuevos criterios en el trato a los animales, sino la sustitución de los puestos por una sucesión de tinglados monstruosos que, en lugar de mostrar pájaros encerrados, exponen cocas barcelonesas, helados adocenados, viandas apresuradas, suvenires de barretina, como desechos de una fiesta mayor. Tras 25 años de pruebas y discusiones sobre el diseño de los tenderetes de la Rambla -con resultados quizá discutibles, pero meritorios- ahora el ayuntamiento lo ha resuelto con un espantoso juego de manos. Ha encargado a no sé qué profesional unos chiringuitos asquerosos, insultantes, inciviles, que acabarán destruyendo los paisajes aún válidos de la Rambla y que demostrarán que esa Barcelona ilusionada por el diseño, la dignidad del espacio urbano, el tono civilizado de la ciudad, ha muerto aplastada de tristeza, aburrimiento, mal gusto e incivilidad. ¿Quién ha proyectado esos adefesios? ¿Qué político o gestor se ha atrevido a insultarnos en el corazón de la Rambla? ¿Qué tienen que decir a ello las numerosísimas organizaciones del ayuntamiento, las comisiones que presumen de fiscalizar la calidad del paisaje urbano, el respeto al patrimonio, las piezas artísticas en el ámbito público? ¿Y qué dicen los técnicos responsables, una vez perdido el orgullo del trabajo bien hecho, callados todos bajo la nebulosa del mal gusto y la incivilidad?

Y esta nebulosa amenaza con cubrirlo todo. Lo constataba hace poco viendo por televisión el festival artístico de la Ciutadella con motivo de la Diada Nacional, seguramente uno de los espectáculos más tediosos e inocuos que ha ofrecido el catalanismo institucional. En lugar de crear un ambiente de innovación, de entusiasmo hacia el futuro, en lugar de afirmar la alegría y la exigencia de ir adelante, todo eran referencias nostálgicas que en nada influían en un público pasivo, ajeno y frío pese a la solanera infernal.

¿Qué fue de ese entusiasmo que hace poco apoyaba la manifestación del Nosaltres decidim? ¿Y de aquellos que en la transición clamaban la alegría de la democracia y la afirmación nacional? Parece que hemos dejado de ser gritones, revolucionarios y sarcásticos -como en la época del Diguem no- ahora rendirnos al conservadurismo del folclore. ¿No es el mismo aburrimiento, la misma tristeza y falta de ímpetu que vemos en los chiringuitos de la Rambla? ¿Es este aburrimiento general lo que contamina los partidos políticos cada vez más aburridos? ¿O, al revés, es la política sin nervio la que nos amodorra a todos?

El Periódico
Oriol Bohigas
Arquitecto. 

Leer Más...

Barcelona eliminará los órganos de participación ciudadana que ya no sirvan

29-9-10

El Ayuntamiento de Barcelona pretende hacer "más sostenibles" sus consejos participativos, por lo que se ha propuesto eliminar aquellos que ya no sirvan del total de los 550 que ha generado desde la creación del primero en 1980, ha afirmado el concejal y presidente delegado del Consejo Municipal de Asociaciones, Ramon Nicolau.

Se trata de una de las medidas que aplicará el primer Plan Director Municipal de Participación Ciudadana 2010-15, que se aprobó inicialmente en la Comisión de Presidencia, Territorio y Función Pública de esta semana. El 'sí' definitivo llegará con el pleno de este viernes sin el apoyo del PP, que votará en contra. Nicolau ha explicado que entre los centenares de consejos hay temas que se tratan por duplicado y triplicado, y hay algunos órganos que han perdido sentido porque se crearon para un plan urbanístico hace años ejecutado. Otros no tienen suficiente quórum y no avanzan en sus temáticas.



El consejo de ciudad y los diez de distrito harán un diagnóstico en uno o dos años para determinar con el consenso de las asociaciones qué órganos tienen razón de ser. El consistorio quiere evitar así situaciones como que entre los 2.000 barceloneses que participan se celebren reuniones "varias veces para tratar de lo mismo". Otra novedad del plan es que los órganos tendrán "evaluación continua", algo que hasta el momento sólo se hacía con el Plan de Actuación Municipal (PAM).

También avanza en la gestión cívica de los equipamientos, facilitando que coordinadoras de asociaciones los gestionen, como se hace en la Farinera del Clot y las Cotxeres de Sants. El primer órgano que permitió la participación ciudadana fue el ahora denominado Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMD), que tiene su origen sobre 1980. La mitad de representantes son concejales y la otra mitad discapacitados.

Desde 1987 la creación de consejos se ha convertido en práctica habitual. Del total de 550 órganos participativos, 22 son de ciudad y el resto de distrito, donde se extienden consejos sectoriales, consejos territoriales, audiencias públicas, comisiones de trabajo sectoriales, consejos de equipamientos y procesos participativos, entre otros. Nou Barris encabeza la lista con 77, seguido de Sant Martí (72). En la cola está Les Corts (35).

Los temas son variopintos, y se refieren al seguimiento de las obras de la Línea 9 del Metro y del AVE, el absentismo escolar, las fiestas mayores, la seguridad, las narcosalas, las inversiones de la Ley de Barrios y los planes de barrio, de entorno y comunitarios. Se le suman consejos para proteger a los animales, de barrio, ancianos y mujeres.

'No' del PP por las consultas
El PP prevé votar en contra del plan en el pleno después de que en comisión hiciera reserva de voto. La portavoz de los populares en el consistorio, Àngels Esteller, ha advertido de que el redactado del plan abre la puerta a una consulta soberanista pese a que "no es competencia del Ayuntamiento".

Según Esteller, la Carta Municipal y la Ley de Consultas aprobada por el Parlament sólo permiten al Ayuntamiento pedir la opinión a los ciudadanos "sobre temas con competencia municipal o de distrito". Nicolau le ha replicado que se celebrarán las consultas "que decida el pleno de acuerdo con la mayoría y las leyes vigentes".

Por ahora, la mayoría que suman los concejales del PSC y el PP ha impedido que el Ayuntamiento respalde las consultas soberanistas, votación que en Barcelona se prevé celebrar el 10 de abril de 2011.

La Vanguardia

Leer Más...