Sin contar Collserola, la media de zona verde por habitante en Barcelona es más bien escasa: 6,57 metros cuadrados. Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la cantidad ideal es de 15 metros cuadrados por habitante. Barcelona sólo supera esa cifra si contabiliza como zona verde urbana la sierra de Collserola, con lo que se alcanzan los 17,71 metros por habitante, siempre según los datos del área de Parques y Jardines del propio Ayuntamiento.
La ciudad (sin contar Collserola) no es una excepción: se halla en la media de otras ciudades españolas como Bilbao, Málaga, Valencia y A Coruña. Las capitales españolas mejor dotadas de zona verde, siempre con referencia a la recomendación de la OMS, son Vitoria (20,8 metros cuadrados por habitante), Logroño (18,3), Pamplona (16,9), Madrid (15,9) y, en el mismo límite, Santander (14,9 metros cuadrados de media por habitante).
Montse Rivero, responsable municipal de Parques y Jardines, cree que la ciudad de Barcelona no se halla mal dotada respecto a zonas verdes porque, en su opinión, la sierra también es parte de la ciudad. Rivero insiste en destacar los esfuerzos del Consistorio para ir ganando dotaciones de zona verde donde se puede, lo que no deja de presentar dificultades.
Si el análisis se hace por distritos, el resultado es demoledor: Sólo tres superan la cifra recomendada por la OMS. Los otros siete quedan por debajo.
Los tres que disponen de más zona verde por habitante son los que lindan con la sierra que limita la ciudad por el interior: Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Nou Barris. No obstante, Les Corts, que también dispone de no pocos metros cuadrados integrados en el futuro parque natural de Collserola (406.000 metros cuadrados, para ser exactos) queda cerca de los parámetros de la OMS pero sin alcanzar los mínimos recomendados. La media del distrito es de 13,76 metros cuadrados por habitante, aunque bajaría a 8,90 metros cuadrados si no se tuviera en cuenta la zona no estrictamente urbana. Y eso que este distrito se beneficia, desde hace cinco años, de haber ganado 35.000 metros cuadrados de zona verde: el espacio que ocupan las vías del Trambaix, recalificadas por el municipio porque tienen césped. "No toda zona verde tiene que ser espacio de juego", explicó un dirigente de Parques y Jardines.El caso más llamativo, por abajo, es el distrito del Eixample: tiene casi 10 veces menos verde del que recomienda la Organización Mundial de la Salud: 1,9 metros cuadrados por habitante. El Eixample es una zona urbana sin apenas parques y jardines y con muy pocas plazas, por lo que el verde casi sólo se da en patios interiores de manzana, el arbolado callejero y algunas zonas ajardinadas públicas o privadas.
El distrito mejor dotado y el único que supera la media recomendada por la OMS, sin contar los que limitan con Collserola, es el de Sants-Montjuïc (16,48 metros cuadrados por habitante), que se beneficia de la presencia de la montaña que le da parte del nombre. No es una montaña con grandes extensiones boscosas, pero sí configura un pulmón para la zona, con la ventaja añadida de que es muy utilizada por la ciudadanía.
En un sentido similar, Ciutat Vella tiene la ventaja de disponer del parque de la Ciutadella. Sin esta pastilla verde en el corazón del distrito, el núcleo antiguo de Barcelona caería a porcentajes similares a los del Eixample. El segundo distrito con menos verde es el de Gràcia (3,20 metros cuadrados por habitante) seguido del de Sant Andreu (3,77 metros cuadrados).
En el otro extremo se sitúan los distritos colindantes del futuro parque natural. Nou Barris, a pesar de su densidad, dispone de una media de 17,19 metros cuadrados por ciudadano, aunque se queda en 6,76 metros, casi en la media barcelonesa, si se descuenta el verde de las estribaciones de la sierra de Collserola. Horta-Guinardó es un caso diferente, ya que parte del entramado urbano de este barrio se halla ocupando colinas. Si contar el espacio del parque, su media es de 7,15 metros cuadrados, que se eleva hasta los 31,77 metros, al contabilizar la parte de la sierra que le corresponde. El caso más extremo es el de Sarrià-Sant Gervasi. Sin Collserola el distrito se sitúa casi en la media barcelonesa (6,61 metros, Sarriá; 6,57 metros cuadrados, el conjunto de Barcelona). Pero cuando se añade el metraje de la sierra la cifra se dispara hasta los 88,66 metros cuadrados.
Frenazo a la conversión de Collserola en parque
Las diferencias entre Baltasar y Nadal tienen el proyecto encallados
Las diferencias en el seno del tripartito mantienen aparcada la declaración de la sierra de Collserola como parque natural. El consejero de Medio Ambiente, el ecosocialista Francesc Baltasar, presentó en marzo a bombo y platillo el acuerdo para fijar los límites del parque, que pasaba de 7.515 a 8.320 hectáreas, y dijo que la tramitación era inminente. Siete meses después, nada. Medio Ambiente ha sido incapaz de impulsar la declaración por desavenencias con Política Territorial, cuyo titular es Joaquim Nadal. CiU y los ecologistas critican la parálisis.
Barcelona suspende en zona verde
Tras el último Consell Executiu, Baltasar negó a este diario diferencias en el tripartito. "No hay problemas con Obras Públicas. Es sólo la complejidad de la tramitación", dijo, y añadió que el proyecto seguía su curso. En principio, Baltasar y Nadal tenían que reunirse esta semana para desatascarlo. Anteayer, la edil de Barcelona Elsa Blasco (ICV) dijo a la comisión de Urbanismo que conocía el problema, pero que no podía explicarlo. Luego, votó una propuesta de ERC, aprobada por unanimidad, para que el Gobierno declare Collserola parque natural.
En marzo pasado, Baltasar firmó el convenio para que la Generalitat entrara en el Consorcio de Collserola, hasta entonces integrado por la Diputación, la Mancomunidad y nueve municipios. Antes del verano, el Gobierno tenía que aprobar una subvención de 700.000 euros y sacar el proyecto a exposición pública.No ha sido así. "Desde 2005 dicen que es inminente", lamentó Ramon Espadaler, diputado de Unió. En el debate de política general del Parlament, los partidos del tripartito aprobaron una resolución en la a favor de declarar Collserola parque natural. Días después, CiU sólo logró arrancarles un compromiso "verbal" de que sería en esta legislatura. "¿Otra resolución? Nos tienen hartos" "¡Que lo aprueben ya!", expresó con cansancio Pilar Nieto, de la coordinadora en favor de Collserola. Manel Conill, de Depana, hizo un diagnóstico demoledor: el Pacto del Tinell de 2003 recogía las medidas en favor de los parques pero sólo se ha creado uno. "Se ha instalado la cultura del no a la naturaleza. Siempre surge un problema", apuntó Conill, que culpó a Obras Públicas de frenar el parque y a Medio Ambiente de su incapacidad para impulsarlo.
Desde Iniciativa señalan que Obras Públicas ha querido tener tener el lápiz ante el freno que podría suponer el parque. Pero el secretismo es tal que hay mil teorías: Núria Buenaventura, directora general de Medio Natural, lo achacó en febrero a una razón burocrática por la subvención. Laura Vilagrà, diputada de Esquerra, apuntó un recorte de gastos por la crisis aunque el Departamento de Economía recordó que cada área fija sus prioridades. ICV gestiona Medio Ambiente desde 2003 y el asunto le genera inquietud: quiere ir a las elecciones con el parque aprobado. El diputado de ICV Daniel Pi señaló que sólo restan flecos: "Y no queremos hacer un parque de mentira. Queremos una figura de protección seria".
A. PIÑOL / F. ARROYO
El País
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