·PSC, CiU, ICV y ERC avalan el plan que prevé quemar 450.000 toneladas más de residuos
·La planta, todavía sin ubicación aprobada, costará 200 millones y abrirá en el 2013
El pleno de la Entitat Metropolitana del Medi Ambient ha aprobado su nuevo plan de residuos que afecta a 31 municipios y a algo más de 3,1 millones de habitantes. El elemento más relevante de este programa es la construcción de una incineradora con capacidad para tratar 450.000 toneladas y en la que se invertirán más de 200 millones de euros dentro de un plan de inversiones de 300.
Un programa que, además, reconoce en cifras el modestísimo resultado del actual modelo y la necesidad apremiante de poner solución por la vía de urgencia a la colmatación de los actuales sistemas de almacenamiento.
Bien es cierto que el área metropolitana recicla el doble de la media española, pero también que cada barcelonés produce todavía 1,4 kilos de basura al día.
Cuando se redactó el primer programa de residuos del área metropolitana cada ciudadano generaba 1,5. Si una de las vocaciones del plan era reducir los residuos no cabe duda de que, al menos en ese aspecto, ha fracasado. Y en consecuencia significa que las dimensiones de la maquinaria dispuesta entonces para tratar las basuras se ha quedado, cuanto menos, corta y, además, es muy deficitaria. La factura por el tratamiento de los residuos que genera el área asciende a cerca de 150 millones anuales.
El propio plan de residuos aprobado ayer reconoce que a corto plazo no queda otra opción que incrementar las Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos, que pagan viviendas, empresas y comercios, para hacer frente al abultado déficit que arrastra el sistema y que, hasta ahora, se ha ido cubriendo con créditos de entidades financieras. "La única medida que permitirá evitar este incremento sería la aportación de dinero por parte de la Generalitat", admitía ayer una fuente de la Entitat del Medi Ambient. Parece difícil que ese dinero vaya a llegar, sobre todo teniendo en cuenta que el plan de inversiones ya debe correr por cuenta del Govern.
Todo el sistema metropolitano de residuos está al borde del colapso. De los tres vertederos que se utilizan actualmente sólo quedará uno en activo en el plazo de los próximos dos años. A todo ello se añade, además, que tanto las directivas europeas como las normas de la propia Generalitat, de cumplimiento inminente, impedirán la deposición de basuras "en crudo" en vertederos. Es decir, los municipios están obligados a sacar el máximo partido de todo cuanto se pueda reutilizar y, al final, emplear el resto para generar energía con la generación de biogás - cara y no muy efectiva-o quemándola para generar calor. En términos políticamente correctos se trata de "valorizar los residuos". Es decir, incinerar.
La opción descartada en el anterior plan de residuos del área metropolitana regresa ahora como una alternativa viable también porque económicamente es más barata. Actualmente, la única planta incineradora en servicio, la de Sant Adrià, quema el 18% de los residuos pero le cuesta al conjunto del sistema el 7% del presupuesto, según revela el informe que acompaña el plan aprobado ayer.
Lo más llamativo de lo ocurrido ayer en el pleno del área metropolitana donde se aprobó inicialmente - ahora se someterá a exposición pública-el plan de residuos es que apenas se habló de incineración. Sólo el PP, que paradójicamente rechazó el plan por su inconcreción, habló abiertamente de la incineradora. Su portavoz, Emma Balseiro, preguntó dónde se construirá la nueva planta. Nadie respondió.
PSC y CiU son los más firmes defensores de este proyecto pero, como evidenciaron las intervenciones de sus respectivos portavoces, Francesc Narváez y Joan Puigdollers, se ha impuesto la prudencia para no asustar a los otros dos socios en este proyecto, que han aceptado a regañadientes este cambio de filosofía en el tratamiento de los residuos del área metropolitana.
La portavoz de ERC, Esther Capella, todavía ayer aseguraba que no habrá incineración si en contrapartida no se alcanza una tasa de reciclaje del 50% de las basuras. Hoy por hoy, el área no supera el 37%. Por su parte, Imma Mayol, de Iniciativa, pasaba también de puntillas sobre lo que, en el papel que aprobaron, significa abrazar de nuevo la causa pirolítica, todo un batacazo para la causa ecológica. Con o sin guante de seda, en septiembre los redactores del plan empezarán a preparar el concurso para adjudicar la construcción de la nueva planta.
Vallcarca, descartada
La pedrera de Vallcarca, en Sitges, se planteaba como la más probable ubicación de la nueva incineradora. Así lo anunció La Vanguardia hace un mes. Pero la divulgación de esta noticia provocó una rápida reacción de los colectivos ecologistas y vecinales. El resultado fue, según explicaron ayer fuentes muy bien informadas, que esta ubicación ha quedado definitivamente descartada.
Jaume V. Aroca - 17/7/09 - La Vanguardia
Muy interesante información de lo que ocurre en Barcelona. En Cataluña se concentran la mayor parte de incineradoras de España, por lo que se ve se tiende al modelo europeo. Escribo desde el País Vasco, donde tenemos una muy fuerte oposición social a la incineración de residuos respaldada por partidos políticos como Ezker Batua. Sin embargo, la sociedad no se opone tan tajantemente a los vertederos, qeu constituyen un riesgo ambiental mucho mayor... curioso, ¿verdad?
ResponderEliminarEs un adsurdo quemar basura se gasta menos haciendo compost que transformando organica y vegetal, en compost para abono y ademas metano para electricidad.Para ello el reciclaje,recuperar materiales es imprescindible.Gracias.
ResponderEliminar