domingo, 19 de julio de 2009

Radiografía del hambre en Barcelona

13-7-09

Es mediodía. En el centro de acogida Assís han transformado el patio en un pequeño huerto. No falta de nada: tomates, pepinos, calabazas, lechugas, berenjenas... y hasta un limonero. La entidad de ayuda social necesita alimentos y, ante el incremento de usuarios derivado de la crisis económica, ha de buscar nuevas formas de conseguirlos.

En la misma línea que apuntaba hace unos días Cáritas, que en 2008 recibió en nuestro país 600.000 demandas de asistencia, la cifra más alta de los últimos 40 años; Jesús Ruiz, director de Assís comenta que desde los inicios de 2009 han notado un aumento de las personas que acuden. «Atendíamos a unas 80 personas al día y ahora vienen unas cien o ciento veinte», señala Ruiz.

En Barcelona hay 18 comedores sociales pertenecientes a parroquias y entidades religiosas o laicas. Sólo la demanda en los comedores sociales del Ayuntamiento aumentó en 2008 un 9% respecto al año anterior, pero todos estos servicios han notado un incremento similar de usuarios.En el centro Assís reciben comida que los voluntarios recogen de los diversos establecimientos del barrio y, como la mayoría de entidades, también los obtienen del Banco de los Alimentos de Barcelona. Jesús Ruiz explica que ahora no llegan tantos productos. «Recibimos del Banco de todo pero menos. Ahora -añade-, tenemos que comprar la leche y antes nos llegaba de allí».

Menos alimentos

El Banco de los Alimentos repartió el año pasado 7.000 toneladas de comida a más de 300 entidades de la provincia de Barcelona. De estas, casi 5.000 toneladas procedían de la Unión Europea, unas 1.500 menos que en 2007. Un descenso que se debió en parte al fuerte encarecimiento de la leche y los cereales.

«Por parte de las empresas sí que seguimos recibiendo el mismo volumen de alimentos, incluso últimamente hemos recibido un poco más», indica Gala Montseny, del Banco de los Alimentos. Sin embargo, declara que han tenido que lanzar una importante campaña comunicativa. «Las empresas se animaron a darnos productos», recuerda. Y añade que lanzaron «un mensaje positivo en vez de negativo». En el caso de no haber realizado la campaña, Montseny asegura que el volumen de alimentos recibido hubiese sido menor «porque hay crisis de ventas y ajuste de producción».

A la campaña han respondido una gran parte de los negocios mayoristas de frutas y hortalizas de Mercabarna. Ahora, la fundación recoge 20 toneladas de estos productos a la semana. El principal agravante de la falta de alimentos es que cada vez hay más gente que los necesita. «Sólo en 2009 el número de beneficiarios de nuestros productos se ha incrementado en un 37%», señala Gala Montseny.

En diciembre de 2008 se repartieron en los comedores sociales del Ayuntamiento 2.052 comidas y en febrero ya se servían un 33% más. Cada vez hay más personas y familias enteras, cuyo sustentador principal se ha quedado en el paro, que necesitan ayuda para comer. En algunos distritos, ya hay colas de dos meses para acceder a un comedor social.

Jesús Ruiz, del centro de acogida Assís, explica que muchas de estas personas que ahora requieren de atención social ya habían sido usuarios de comedores sociales y de centros para los sin techo. «En un proceso de integración laboral, encontraron trabajo pero con la crisis son los más vulnerables», dice Ruiz. Además, «con el inconveniente de que han estado trabajando año o año y medio y tienen muy poco paro».

Anna Cabrero
Abc 13/7/09

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