domingo, 5 de septiembre de 2010

Hereu, en el aire hasta fin de año

4-9-10

Tura gana enteros como sustituta si el PSC ve viable vencer con un relevo

Primero los pantalones y, solo después, calzarse los zapatos. La máxima del dibujante Gary Larsson está siendo tomada al pie de la letra por el PSC. A pesar de los nervios y el crujir de dientes por unas encuestas que lo envían, por primera vez en 32 años, a la oposición municipal de la capital catalana, el partido socialista sigue invariable su rumbo, con impasible ademán. Primero las autonómicas y, solo después, las municipales, en especial Barcelona. Es decir, hasta que pasen las elecciones al Parlament no se decidirá si Jordi Hereu es o no, finalmente, el candidato del PSC a la alcaldía. La probable celebración de las elecciones catalanas el 28 de noviembre dan al actual alcalde todo el margen de maniobra posible para recortar distancias con respecto a CiU. Y al tiempo abocan al partido, en caso que quiera cambiar de caballo en pleno esprint, a hacerlo ya en el mes de enero. A solo cuatro meses de las municipales.

«Montilla acostumbra a afrontar los problemas a su debido tiempo», afirma una voz del partido, para añadir que el president es «ante todo, es el primer secretario del PSC, y sabe que habrá que actuar». Pero, ¿por qué se actúa con Hereu con una delicadeza que no se tuvo con Joan Clos? La situación del partido cara a las elecciones de noviembre aconsejan a sus dirigentes a centrar esfuerzos en estos comicios. Y en función del pertinente balance de daños que se haga en diciembre, y de alguna macroencuesta, tomar medidas en Barcelona. Si en una cosa coinciden casi todas las personas entrevistadas por este diario es que, dada la situación de emergencia, se apostará por el candidato que más apoyos pueda recoger. Sin importar de qué lado de la familia socialista provengan. No está el tiempo para perderse en pequeñeces.

DENTRO Y FUERA / Los nombres, ya conocidos, son, además de Hereu, y por orden alfabético, Jordi W. Carnes, Assumpta Escarp, Ferran Mascarell y Montserrat Tura. En su día sonó también el conseller de Economia, Antoni Castells. Su vinculación con el caso Palau y las críticas a la dirección del partido por ir a rebufo del PSOE parecen haberle descartado.

La primera diferencia es entre postulables de dentro del ayuntamiento y de fuera. El primer (Carnes) y la tercera (Escarp) teniente de alcalde serían, uno de ellos, los candidatos si en enero se cree imposible revalidar la alcaldía. Buenos fontaneros (son dos exjefes de gabinete) y con apoyos en el empresariado (Carnes) y en el propio partido (Escarp) asumirían el reto de alcanzar «una dulce derrota», como parafrasea una voz del ayuntamiento a Felipe González tras las generales de 1996, cuando perdió ante José María Aznar.

Poco conocidos por el gran público, cuatro meses de lanzamiento se antojan pocos para ambos. Además, dice la misma voz, «la jugada de sustituir al alcalde y poner al candidato al frente de la ciudad está ya gastada», en referencia a lo que se hizo en el 2006 con el trueque Clos-Hereu.

Los otros dos (Mascarell y Tura) pertenecen al llamado sector catalanista del PSC, el más revoltoso, sobre todo, tras la sentencia del Tribunal Constitucional.

Mascarell y Tura no sueltan prenda. Sus entornos, casi tampoco. Mascarell parece haber emprendido una cruzada ideológica contra la dirección regional del PSC de Barcelona que lidera Carles Martí, exprimer teniente de alcalde y padre intelectual de la estrepitosa consulta de la Diagonal. Una federación, la de Barcelona, sobre la que pesa cierta desconfianza de la dirección nacional que vio como no pudo movilizar más que a un 5%, por ejemplo, de los votantes de Nou Barris en rescate de Hereu en la dichosa consulta.

Tanta es la desconfianza hacia la federación barcelonesa que será Nicaragua --como se conoce a la dirección nacional, por la calle en que se halla la sede del PSC- no tan solo la que supervise las listas -se promete una profunda renovación- sino también la que hará la propia campaña. La imagen de Miquel Iceta desplazándose a diario hasta el ayuntamiento, en la campaña de 1995, a repartir consignas se repetirá de nuevo.

LAS OPCIONES DE TURA / De todos, es quizá Montserrat Tura, según varias voces consultadas, la que cuenta con más opciones de sustituir a Hereu, si se acaba haciendo el cambio. Su puesta a disposición del partido, cuando Castells se quitó de la escena, cauterizó el motín catalanista. Es mujer (la primera con opciones reales de ser alcaldesa), muy conocida (a diferencia de Escarp) y su candidatura satisfaría a un Mascarell del que el PSC teme que presente una lista propia si Hereu es el candidato. Tura, además, podría ir, si Montilla quisiera, al Parlament y, luego, si hay opciones de victoria en Barcelona, renunciar al escaño.

¿Y Hereu? Solo si es capaz de recuperar en cuatro meses los 12 puntos de intención de voto perdidos en los últimos 18 meses, y los 7,4 que le aventaja Xavier Trias, seguirá.

XABIER BARRENA / Barcelona
El Periódico

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