Barcelona cerró el 2010 con un nuevo suspenso en seguridad y, en el caso de algunos delitos como los hurtos o los robos de pisos, manteniendo registros altísimos. Así, el año pasado, cada día se cometieron en la capital catalana la friolera de 310 hurtos. Igualmente, cada 24 horas, 32 pisos o locales comerciales de la urbe sufrieron un robo cuando sus propietarios no estaban en su interior y al menos 37 personas fueron víctimas de un atraco violento. Así consta en los datos del año pasado recogidos por el programa informático conjunto donde los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana vuelcan sus cifras de hechos conocidos, un epígrafe que integra las denuncias presentadas y aquellos delitos de los que tienen constancia agentes que levantan acta de los mismos.
Según esos datos, que hasta ahora ningún año trascendían y a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, en el 2010 se cometieron 113.439 hurtos, de los cuales, 32.043 fueron delito (cuando el valor de los robado es superior a 400 euros) y 81.396, falta (cuando es menor de esa cantidad). Eso significa que, de media, cada día se cometieron 310 hurtos, perpetrados normalmente por ladrones multirreincidentes. Aunque el objetivo preferido de estos descuideros y carteristas son los turistas extranjeros, a los que roban dinero, cámaras y tarjetas de crédito, su actividad se está extendiendo a la población local, entre la que cada vez hay más víctimas de estos pequeños robos.
ESFUERZO POLICIAL SIN RECOMPENSA / Aunque puede parecer sorprendente, la cifra de hurtos en el 2010 ha registrado un descenso del 4% con respecto a la del 2009, donde la media era de 322 hurtos diarios. El relevo al frente de los Mossos d'Esquadra de Barcelona, con el nombramiento del comisario Joan Carles Molinero, que ha aumentado la presencia de mossos en las calles y cambiado rutas de patrullaje, junto con el importante refuerzo de agentes de la Guardia Urbana en las zonas calientes de los carteristas, sobre todo en Ciutat Vella, ha propiciado este descenso.
Ese aumento del esfuerzo policial se ha notado en las detenciones, que han aumentado significativamente, en concreto las de delincuentes pullados in fraganti. Así, el año pasado, los Mossos y los urbanos detuvieron en Barcelona a 25.336 personas, con una media de casi 70 al día. Eso supone un aumento de 1.570 arrestos respecto al año anterior.
No obstante, que ni con 25.000 detenciones al año ni con un aumento de presencia de agentes en la calle se haya podido diluir este tsunami de pequeños robos es la demostración palmaria de que o bien hay que incrementar de forma aún más notable la cifra de efectivos policiales o bien hay que adecuar un sistema penal que, al no dictar prisión preventiva para los autores de hurtos, que en muchas ocasiones solo son condenados a pagar una multa, ha generado una peligrosa sensación de impunidad entre los delincuentes. «Pasan los años y robar en Barcelona sigue saliendo gratis», comenta una fuente policial.
ESPERANDO EL NUEVO CÓDIGO PENAL / Tanto las autoridades municipales como autonómicas, que llevan años intentando poner coto a los hurtos, esperan ahora que la aplicación del nuevo Código Penal, que entró en vigor el 23 de diciembre y que endurece las penas a los multirreincidentes, permita reducir esas cifras de hurtos en la ciudad.
Además, a la lacra de los carteristas, se ha añadido en el 2010 un nuevo frente delictivo que hasta el año pasado parecía estar controlado: los robos con fuerza. Según los datos oficiales a los que ha tenido acceso este diario, el año pasado los Mossos y la Guardia Urbana tuvieron conocimiento de 12.040 robos en pisos y en establecimientos comerciales, es decir, 32 cada día, lo que supone un incremento del 14%. Este es, con diferencia, el delito que más subió en Barcelona el año pasado, sobre todo en lo que se refiere a los robos en el interior de domicilio.
También aumentó el robo con violencia o intimidación. En el 2010, en Barcelona se produjeron 13.078 atracos de ese tipo, 37 al día, un 1% más que el año anterior. Es un tipo de delito que genera mucha alarma social pues, cuando se trata de robos a mano armada o de tirones, la víctima además de perder sus pertenencias vive momentos de miedo o resulta lesionada.
PREOCUPACIÓN MUNICIPAL / La subida de ese tipo de acción delictiva preo-
cupa, pues hasta ahora, pese a la alta incidencia de los carteristas, Barcelona era una ciudad muy segura en cuanto a la integridad física de sus vecinos y turistas. Por eso, en la carta que en enero la primera teniente de alcalde, Assumpta Escarp, envió al nuevo conseller de Interior, Felip Puig, le transmitió su preocupación por el aumento de esos delitos con violencia.
Antonio Baquero
El Periódico
Según esos datos, que hasta ahora ningún año trascendían y a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, en el 2010 se cometieron 113.439 hurtos, de los cuales, 32.043 fueron delito (cuando el valor de los robado es superior a 400 euros) y 81.396, falta (cuando es menor de esa cantidad). Eso significa que, de media, cada día se cometieron 310 hurtos, perpetrados normalmente por ladrones multirreincidentes. Aunque el objetivo preferido de estos descuideros y carteristas son los turistas extranjeros, a los que roban dinero, cámaras y tarjetas de crédito, su actividad se está extendiendo a la población local, entre la que cada vez hay más víctimas de estos pequeños robos.
ESFUERZO POLICIAL SIN RECOMPENSA / Aunque puede parecer sorprendente, la cifra de hurtos en el 2010 ha registrado un descenso del 4% con respecto a la del 2009, donde la media era de 322 hurtos diarios. El relevo al frente de los Mossos d'Esquadra de Barcelona, con el nombramiento del comisario Joan Carles Molinero, que ha aumentado la presencia de mossos en las calles y cambiado rutas de patrullaje, junto con el importante refuerzo de agentes de la Guardia Urbana en las zonas calientes de los carteristas, sobre todo en Ciutat Vella, ha propiciado este descenso.
Ese aumento del esfuerzo policial se ha notado en las detenciones, que han aumentado significativamente, en concreto las de delincuentes pullados in fraganti. Así, el año pasado, los Mossos y los urbanos detuvieron en Barcelona a 25.336 personas, con una media de casi 70 al día. Eso supone un aumento de 1.570 arrestos respecto al año anterior.
No obstante, que ni con 25.000 detenciones al año ni con un aumento de presencia de agentes en la calle se haya podido diluir este tsunami de pequeños robos es la demostración palmaria de que o bien hay que incrementar de forma aún más notable la cifra de efectivos policiales o bien hay que adecuar un sistema penal que, al no dictar prisión preventiva para los autores de hurtos, que en muchas ocasiones solo son condenados a pagar una multa, ha generado una peligrosa sensación de impunidad entre los delincuentes. «Pasan los años y robar en Barcelona sigue saliendo gratis», comenta una fuente policial.
ESPERANDO EL NUEVO CÓDIGO PENAL / Tanto las autoridades municipales como autonómicas, que llevan años intentando poner coto a los hurtos, esperan ahora que la aplicación del nuevo Código Penal, que entró en vigor el 23 de diciembre y que endurece las penas a los multirreincidentes, permita reducir esas cifras de hurtos en la ciudad.
Además, a la lacra de los carteristas, se ha añadido en el 2010 un nuevo frente delictivo que hasta el año pasado parecía estar controlado: los robos con fuerza. Según los datos oficiales a los que ha tenido acceso este diario, el año pasado los Mossos y la Guardia Urbana tuvieron conocimiento de 12.040 robos en pisos y en establecimientos comerciales, es decir, 32 cada día, lo que supone un incremento del 14%. Este es, con diferencia, el delito que más subió en Barcelona el año pasado, sobre todo en lo que se refiere a los robos en el interior de domicilio.
También aumentó el robo con violencia o intimidación. En el 2010, en Barcelona se produjeron 13.078 atracos de ese tipo, 37 al día, un 1% más que el año anterior. Es un tipo de delito que genera mucha alarma social pues, cuando se trata de robos a mano armada o de tirones, la víctima además de perder sus pertenencias vive momentos de miedo o resulta lesionada.
PREOCUPACIÓN MUNICIPAL / La subida de ese tipo de acción delictiva preo-
cupa, pues hasta ahora, pese a la alta incidencia de los carteristas, Barcelona era una ciudad muy segura en cuanto a la integridad física de sus vecinos y turistas. Por eso, en la carta que en enero la primera teniente de alcalde, Assumpta Escarp, envió al nuevo conseller de Interior, Felip Puig, le transmitió su preocupación por el aumento de esos delitos con violencia.
Antonio Baquero
El Periódico
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