lunes, 21 de septiembre de 2009

Autobuses de Barcelona veta una campaña por la libertad lingüística pero acepta otra de la Plataforma per la Llengua







18-9-09


Plataforma per la Llengua iniciará una campaña en los autobuses municipales de Barcelona para denunciar ‘la inexplicable desigualdad legislativa del catalán respecto al castellano’, mientras que en marzo pasado se prohibió otra de la Asociación por la Tolerancia para la libertad lingüística.

Las líneas 17, 22, 24 y 33 de la red de autobuses municipales anunciarán desde este lunes imágenes de una campaña que la Plataforma per la Llengua, célebre por sus chantajes, sus boicots y sus campañas para incentivar las denuncias lingüísticas, está llevando a cabo para denunciar que ‘el marco legal, discrimina a los consumidores catalanes’ y ‘es claramente desfavorable’ para la lengua catalana porque ‘más de un 99% de las leyes que obligan a emplear una lengua en la información de los productos distribuidos en Cataluña obligan únicamente al castellano’.

Sin embargo, en marzo pasado, la empresa que gestiona la publicidad de los autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) se negó a contratar una campaña publicitaria de Asociación por la Tolerancia que simplemente difundía la sentencia del Tribunal Supremo del mes de diciembre que obliga a la Generalidad a incluir unas casillas en los impresos de presincripción escolar para que los padres elijan la lengua de escolarización de sus hijos en la primera enseñanza de entre las dos oficiales.

En aquella ocasión, la empresa consesionaria de la publicidad de los autobuses del ayuntamiento alegó que una campaña como esa “crea polémica y puede hacer daño al medio”.

http://www.vozbcn.com/

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Los autobuses de Barcelona denunciarán la «desigualdad legislativa» contra el catalán
M. R. | BARCELONA
Varios autobuses urbanos de Barcelona lucirán a partir del próximo lunes imágenes de la campaña de la Plataforma per la Llengua «El català suma», que pretende poner de manifiesto la «inexplicable desigualdad legislativa» del catalán respecto al castellano en la propia Cataluña. Según la organización impulsora de la campaña, ésta pretende dar a conocer que el catalán aún está muy lejos del reconocimiento que tienen otras lenguas con peso demográfico y comercial similar en la Unión Europea.
La Plataforma per la Llengua indicaba en un comunicado que «el 99 por ciento de las leyes que obligan a utilizar una lengua determinada en la información de productos distribuidos en Cataluña obligan sólo a que conste exclusivamente en castellano», lo que para los creadores de esta campaña «discrimina» a los consumidores catalanes.
Facilidades
La citada Plataforma per la Llengua no ha tenido ningún problema en la contratación de los anuncios. Al contrario, todo han sido facilidades por parte del Ayuntamiento y la sociedad que gestiona los autobuses urbanos. Facilidades que contrastan con la tajante negativa del Ayuntamiento a que los autobuses de Barcelona lucieran anuncios a favor del bilingüismo promovida por Convivencia Cívica Catalana y otras entidades. Aquella campaña pretendía denunciar los impedimentos que tienen los padres para escolarizar a los niños en su lengua materna, puesto que no hay una casilla a tal efecto en los formularios de preinscripción.
En aquella ocasión, en marzo de este año, los responsables municipales se opusieron tajantemente a la colocación de paneles en los autobuses de línea urbanos porque consideraron que se trataba de una iniciativa política, que no respondía a la realidad y podía herir la sensibilidad de los usuarios del transporte público. Cuestiones que esos mismos responsables no se plantearon cuando los ateos organizados copiaron la campaña de los autobuses ingleses con el lema «Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida». Algunos reparos se encontraron, por contra, los promotores del anuncio «Cuando todos te abandonan Dios permanece contigo», la organización católica catalana «e-cristians», dirigida por el ex consejero convergente Josep Miró i Ard_vol. Sin embargo, pudieron sacar su iniciativa adelante y contrarrestar así la publicidad laicista.
En el caso de la lengua, los primeros en dar el paso -los partidarios del bilingüismo- no tuvieron ningún éxito y ni siquiera la disposición a pagar en efectivo la campaña ablandó los oídos del Ayuntamiento que ahora da vía libre a una singular denuncia contra el etiquetado en castellano.

Abc

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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Barcelona es el 'Titanic'

TRIBUNA: FÉLIX DE AZÚA

14-05-82

Empecé a sospecharlo cuando me enteré de que distinguidos intelectuales y artistas catalanes, incluidos algunos arquitectos, habían fletado un autobús para acudir a la exposición de Xavier Valls en Madrid. No sólo iban a Madrid, sino que encima iban a llegar en autobús, como los hinchas del Hércules.Formaba parte del grupo un estupendo poeta balear que no ha perdido la ironía. Me juró que no habían cantado nada por el camino, que resultó ciertamente incómodo, pero que no se arrepentía. Y es que ya todo pasa en Madrid. No sólo exponen cosas del Greco y Henry Moore, sino también de los nuestros. Además tienen conciertos de verdad, ópera, teatro, librerías como las de París, y una vida callejera que no ha podido aplastarla ni la junta central del fascio, que es otro espectáculo de la capital.

Barcelona, en cambio, ya no es aquel escandaloso, matizaje de chavas y salta-taulells (imposible de traducir: "trepadores", "grimpas", "lameculos"...), cuya mejor expresión es la poesía de Jaime Gil de Biedma, las primeras novelas de los Goytisolo y de Marsé, el sonido del Dúo Dinámico, la Cripta Embrujada y la ginebra Giró. La razón es simple: la política cultural catalana, en lugar de estar en manos de José María Castellet, que es el hombre sabio, está en manos de unos ferósticos embarretinados.

Ya que no tenemos exposiciones del Greco, ni de Xavier ValIs, tenemos exposición de Mondrian prestada por Madrid. Pero ni un cartel, ni un miserable suelto en los diarios, capaz de orientar a las masas ávidas de frío. La entrada vale 150 pesetas y da derecho a visitar un montón de cosas; lástima que algunas no existan, como ese "tesoro del Perú" que se inaugurará dentro de quince días. El estudioso de Mondrian debe admirar por decreto las artes decorativas, la coleción Cambó y guardar hacendosamente la entrada para el futuro. Un modo liberal de culturizar a la fuerza.

El teatro da pena; pero es normal. La Generalidad es el único organismo capaz de emular el pasado de Robles Piquer. El flamante director de Televisión Española estaba empeñado en qlie Carlos Fuentes cambiara la palabra cotidón en una de sus novelas. La Generalidad cambió puta por dona que fuma. Admirable. Lo más interesante, los Jutglars, mantienen unas relaciones con el poder que nos devuelven a los tiempos de Unamuno y Primo de Rivera.

Hay una elevada cantidad para promover la filmografla catalana. Pero todo se va en doblajes. El último, Faraó. ¿Por qué Faraó? ¿Y por qué doblajes? Misterio. Ya lo advertía Eugeni d'Ors: "A los catalanes nos perderá la estética. No nos importa el contenido, sólo la forma. No nos importa lo que se diga, sólo cómo se diga".

La ópera va levantando cabeza. Pero poca. El consejero se ha permitido rechazar cincuenta millones de pesetas que ofrecía Madrid para promocionar la ópera en Barcelona. ¿Qiié se han creído? Nos bastamos y sobranios. La prueba: tenemos en niayo juegos florales. Un millón de pesetas en poemitas. Será una grandiosa ironía, puede pensar alguien. Pero no sé, no sé ... ; creo que van en serio. La poesía al servicio del Estado, como en la China imperial. ¿Será una enfermedad democrática? En cuanto se instala un Gobierno poco fascista en Madrid, los catalanes tienen que ir a la capital si no quieren resquebrajarse de tedio. A mayor autonomía, más viajes.

Se me dirá que la pataleta de los amigos de la cultura compensa por las mejoras económicas logradas en ámbitos más esenciales. No estoy demasiado calificado para juzgir la política social de Convergencia, pero me temo que las carcajadas se pueden oír en Lima. Al fin y al cabo el presidente de Madrid es un bancario, pero el de Barcelona es un banquero.

¿Resultará que las autonomías sólo sirven para aplicar medidas que ni UCD se atreveria a imponer? Que el alcalde de Bilbao queme un cuento puede ser una anécdota chocarrera, a menos de que sea un programa de gobierno el gesto, mal controlado que traiciona una voluntad de analfabetismo. Y que un empleado de la Generalidad censure una obra de teatro puede significar que se está preparando para futuro jefe de la televisión catalana.

El caso es que Barcelona está yéndose a pique. Que sus noches son cada vez más breves, y una tristeza de perdedores de Liga se va amparando en las Ramblas. Que esa insoportable ñoñería que los forasteros llaman seny, y que es un defecto de las capas más prehistóricas de la burguesía catalana, está acabando con la ironía, que es la única virtud del pueblo catalán que ha dado muestras de verdadero talento: la ironía es lo vivificante de Pla, de Foix, de Carner, de Brossa, de Ferrater, y corto por no ponerme pesado.

Dentro de poco esta ciudad parecerá un colegio de monjas, regentado por un seminarista con libreta de hule y cuadratín de madera, a menos de que las capas más vivas de la ciudad salgan de su estupefacción. Jaime Gil, en un célebre poema, habla de "estos chavas nacidos en el Sur" despreciados por sus patronos. "Que la ciudad les pertenezca un día", grita bíblicamente, con un gesto de horror hacia la patronal que él tan bien conoce. Pero la astucia de los poderosos nos está devolviendo la misa de doce en Pompeya, el paseo por la Diagonal, el verano en S'Agaró y la esquiva mirada de un proletariado tiznado de hollín espiritual.

El País

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miércoles, 9 de septiembre de 2009

El «6 d´octubre», en septiembre

8-9-09

Pedir a los integrantes del Tripartito y a la corte soberanista del rey Artur (Mas) que se lean el dietario de Amadeu Hurtado «Abans del sis d´octubre» (Acantilado) quizá sea mucho pedir. En estas horas de exaltación el testimonio a priori de aquel catalanista lúcido puede complementarse con la constatación a posteriori de otro catalán cargado de razón, Gaziel, en su crónica de la noche en que Companys quebró el orden republicano.

Lamentablemente, nuestros políticos, ediles populistas -Arenys de Munt- y presidentes de entidades civiles -el independentista Laporta- siguen jugando al «tot o res», eso que Hurtado denominaba «la protesta tradicional»; esas «relaciones peligrosas» con el secesionismo parecen anticipar el 75 aniversario de un aciago 6´octubre que enfebrece como la gripe las vísperas de l´Onze de Setembre. El contencioso agrario de 1934, instrumentalizado contra el gobierno de Lerroux, rompió la alternancia política en la España republicana. El Tribunal de Garantías Constitucionales de entonces equivalía al actual Tribunal Constitucional que podría suspender artículos del Estatut. La advertencia de Hurtado resuena en estas horas de verborrea rebelde: «Els més perjudicats serem nosaltres, els que hem procurat influir amb _xit que la política catalana deixi d´ésser una protesta continua per a convertir-se en una obra de govern». Decepcionado por unos partidos que buscaban la confrontación con Madrid, Hurtado constató que el pueblo catalán estaba secuestrado por un gobierno más pendiente del esencialismo patriotero que del pragmatismo: «Per molt de temps els temes de les nostres lluites seran casolans perqu_, allunyats dels grans corrents espirituals que trasbalsen el món, tots els problemes universals arribaran aquí ser reflex a través de qüestions locals, úniques que s´avenen a la nostra capacitat d´emoció...» En 1934 Hurtado ya se lamentaba de que Cataluña fuera incapaz de negociar con la realidad.
La apuesta por romper la baraja de aquella Generalitat dominada por Esquerra y Estat Català se consumó: aquel 6 de octubre, Gaziel, director de La Vanguardia, legó a los catalanes del mañana sus «apuntes de una noche inolvidable». Un episodio terrible y tragicómico que aquel admirable cronista pergeñó mientras escuchaba la radio.
El receptor se convirtió en una «caja demente» que regurgitaba «discursos inflamados, sardanas, rumor de descargas y boletines de victoria. La Santa Espina, Els Segadors, La Marsellesa, El Virolai, El Cant de la Senyera...» Músicas que fueron entrañables sonaban inquietantes por su instrumentalización demagógica.
Como ya dijimos en otro artículo, si la inconsciencia tiene calendario, nuestros gobernantes siguen basculando entre el quejoso Onze de Setembre y la retórica del Sis d´Octubre que les permite coquetear con el voto soberanista.
Esperemos que el sentido común se imponga sobre esa estrategia que encubre con la queja constante la incapacidad para resolver los problemas reales de una sociedad que se abstuvo mayoritariamente en el referéndum estatutario.

Sergi Doria
SPECTATOR IN BARCINO
ABC

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La policía en Barcelona, desbordada por el déficit de 2.000 agentes

8-9-09

«Dicen que el problema no se puede solucionar sólo con la Policía, pero cuando han empezado a llegar los agentes las prostitutas han marchado». En el Raval los vecinos lo tienen claro. Nunca habían estado tan seguros como en los últimos días. De día, de noche, de uniforme, de paisano.... el Raval es ahora mismo una gran pasarela para Mossos d´Esqua- dra y la Guardia Urbana, demostrando lo que muchos vecinos y la oposición municipal vienen denunciando: con más policía el orden se impone.


En estos últimos meses, y debido a la oleada de hurtos que se ha detectado en Ciutat Vella, los cuerpos policiales ha tenido que centrarse en estos casos. En paralelo, la Guardia Urbana ha intensificado su combate contra la venta ambulante o la prestación de servicios, sobre todo en las playas, pero descuidando el flanco de la prostitución, que es el que ha acabado estallando. Los sindicatos policiales lo tienen claro: ante la escasez de plantilla no se puede llegar a todo.
Sin contar el turismo
Pese a esta situación, desde el Ayuntamiento de Barcelona se sigue sosteniendo que la plantilla de la policía local, compuesta por 2.696 -incluyendo agentes de segunda actividad (no de patrullaje) y personal no policial- , no está por debajo de lo necesario. Lo mismo sucede cuando desde la administración local se valora el despliegue de los Mossos en Barcelona, que lo integran 2.432 efectivos (cifra de diciembre de 2008), muy por debajo de los casi 4.000 que el entonces alcalde Joan Clos reclamaba en la época predespliegue. Claro que entonces en la Generalitat gobernaba CiU.
Sumando las plantillas de las dos policías, y sin contar a la Guardia Civil y a la Policía Nacional (sin incidencia a pie de calle), Barcelona está muy lejos de alcanzar la ratio de 4,5 policías por cada 1.000 habitantes que el Parlament fijó en 2002. Para alcanzar estas cifras habría que incorporar de manera neta a unos 2.000 agentes, y eso sin contar que el cálculo se hace sobre el padrón y tampoco se contabiliza a los turistas.
Fuga a los Mossos
En el caso de la Guardia Urbana hay el compromiso de sumar 1.000 agentes hasta 2011, una cifra sin embargo que es engañosa, porque el ritmo de bajas año a año es muy importante. Sólo en 2007 dejaron el cuerpo 127 agentes, mientras que en 2008 lo hicieron 141. La fuga de agentes a los Mossos d´Esquadra o a otras policías locales ha acrecentado el problema.
El abuso de las horas extraordinarias por parte de la Guardia Urbana es la consecuencia más directa de la infradotación policial. Fueron 449.805 horas en 2006, 434.900 en 2007 y 474.815 en 2008, 1.301 por día. Desbordados, urbanos y mossos no llegan a todo.

Àlex Gubern
ABC

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sábado, 5 de septiembre de 2009

En el espejo de las grandes ciudades

5-9-09

La verdad es que desde niños fuimos muy reticentes a aceptar aquello de que «la cara es el espejo del alma». Conocíamos demasiadas niñas con trenzas de suave hilo dorado, mirada ensoñada y boca de mandarina que (¡cómo olvidarlo!) eran unas cerdas insolidarias y no nos hicieron el menor caso. Materialistas ruines sin órgano para la lírica. En fin, que una bella cara podía esconder abismos de lepra capitalista.

En cambio, estoy persuadido de que todos los lectores coincidirán conmigo en que la ciudad es el espejo de su clase dirigente. Cuando uno se pasea por París no es preciso que le digan que todos los políticos franceses tienen estudios superiores. Si pasea por Londres sabe que ni uno solo de los munícipes ignora el monólogo de Hamlet. Y si pasea por Berlín tiene el convencimiento de que el ayuntamiento en pleno lee cada noche varios capítulos de La crítica del juicio. Analógicamente, también sabemos que basta con dar dos pasos por Nápoles para ver a Berlusconi en tanga bajando por Via Toledo con una señora de labios abultados, y que en Estambul los munícipes se hurgan la nariz y eructan cuando les preguntas una dirección.
Ayer hube de bajar, obligado, al centro histórico de Barcelona. Todavía hay quien cree que la nuestra es la ciudad razonable, aseadita, un poco cursi, pero confortable, que inventaron Bohigas, Maragall, Serra y otros municipales con carrera universitaria. La actual es mucho mejor. Solo admite comparación con la salida de un partido de fútbol entre rivales ingleses. Divinas Ramblas tan parecidas a un botellón granadino, pero con mil razas y religiones compitiendo por ver quién vomita más lejos. ¡Qué alianza de civilizaciones!
Se ha armado un barullo porque la prensa ha publicado unas fotos en las que se ve a numerosas personas, hembras y machos, copulando a tergo en la vía pública, cerca de las Ramblas. Son escenas tan usuales que uno se pregunta la razón del escándalo. Solo cabe una explicación. Los del ayuntamiento, que caen al lado, han reconocido a uno de los clientes. Y era horario de despacho.

Félix de Azúa
El Periódico

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jueves, 3 de septiembre de 2009

Can Baró pide más escaleras mecánicas para sus calles

31-8-09

Bajar, aún, pero subir es horrible. Hay muchísimas escaleras y, si vas cargada, ni te explico. Hacerlo de un tirón es casi imposible», se queja Isabel, vecina del pasaje del Dipòsit, en el empinado barrio de Can Baró. Exactamente son 248 altivos escalones. Qué se lo pregunten a Íñigo Etxarri, vecino de enfrente de Isabel y propietario de la casita del número seis de dicho pasaje. A sus cuarenta y pocos años, Íñigo sufre una lesión medular que le obliga a desplazarse usando muletas, e incluso silla de ruedas. «Puedo andar algo con las muletas, pero a las dos manzanas ya no puedo y tengo que usar la silla», explica. «Pero el problema de las escaleras no es solo mío»-- remarca Íñigo-- «en esta calle vive mucha gente mayor a la que le cuesta muchísimo esfuerzo subir por aquí. No entendemos por qué en otros lugares instalan escaleras mecánicas y aquí no».

Por ello, y coincidiendo con las obras de reforma de tan encaramada zona y la instalación de la ansiada escalera automática a pocos metros de su calle, un grupo de vecinos del pasaje del Dipòsit ha empezado una campaña de recogida de firmas para pedir al distrito que les instale una escalera mecánica. A dicho cometido se ha sumado también la asociación de vecinos del barrio, un lugar con unas vistas envidiables de la ciudad, pero con unos problemas de movilidad crónicos.

SIN ALTERNATIVA / «El problema es que no tenemos alternativa. Tenemos que subir las escaleras sí o sí», prosigue Isabel. Íñigo recuerda que hace 12 años, cuando llegó al barrio, la situación era bastante peor. «Hasta 1998, en el lado derecho del pasaje ni siquiera había escaleras. Era un barranco. Cuando las construyeron los vecinos ya nos movimos para que las hicieran directamente automáticas, pero no pudo ser y nos tuvimos que conformar con las de obra», rememora Íñigo. Ha pasado más de una década y la situación sigue igual. Con un agravante: los vecinos han visto cómo construían escaleras mecánicas en muchos otros puntos de la ciudad, algunos no muy lejanos, mientras ellos continuaban con su particular cruz.

MEJORAS EN LA ZONA / Fuentes del distrito apuntan que, plan Zapatero mediante, la zona está sufriendo una gran transformación. Por un lado se están instalando las escaleras mecánicas de la calle de José Millán González --que unirán Can Baró y el Carmel y mejorarán y mucho la movilidad entre los dos barrios--, y por el otro se está acondicionando la calle de Josep Serrano, donde se están haciendo “actuaciones de mejora” de las aceras y el mobiliario urbano y se está renovando el alumbrado.
Sobre el por qué habrá escaleras mecánicas en José Millán González y no en el pasaje del Dipòsit, desde el distrito afirman que han priorizado el lugar más habitado, donde más vecinos se podrán beneficiar.

HELENA LÓPEZ
El Periódico

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Barcelona, tenemos un problema

3-9-09

Los habitantes de las alcantarillas de La Rambla no suelen cruzar la Diagonal. Con cada cual en su lugar parece resultar más aceptable la miseria. Pero como todas las grandes ciudades, Barcelona tiene prostitución. La ha tenido siempre y el barrio chino nunca ha sido una congregación mariana. Siempre ha habido prostitutas, proxenetas, tráfico de drogas, robos, trapicheos y pisos insalubres. Mucha miseria, que ha producido buena literatura y muchos inconvenientes y poco glamour a los que conviven con ella.

Imágenes como las que publicaba este periódico el martes de prostitutas trabajando en los arcos de la Boqueria y la plaza de la Gardunya se podrían captar en otras ciudades pretendidamente ricas y civilizadas.

¿Qué es entonces lo que nos escandaliza? Enfrentarnos con la miseria.

Desaparecida la Barcelona de la posguerra y el franquismo, los barceloneses hemos asistido al prodigio de la nueva transformación de la ciudad, que con el impulso olímpico recuperó el litoral, creó nuevos barrios, ordenó el tráfico y colonizó la montaña de Montjuïc. Pero de eso hace ya muchos años. El éxito internacional de la ciudad es indiscutible y miles de turistas visitan e impulsan económicamente una ciudad con imagen de liberal. El paso del Tour, la visita de Batman y el impulso publicitario de Vicky, Cristina, Barcelona son éxitos de marca, pero no son suficiente para mejorar la vida de los barceloneses, que ven cómo languidece el proyecto político de los últimos 30 años.

Para los ciudadanos a los que repugna encontrarse con el negocio del sexo en plena calle no es aceptable que el Ayuntamiento asuma su impotencia sin más y que las administraciones se declaren incompetentes traspasándose responsabilidades sobre inmigración, seguridad ciudadana o decoro público.

Sin hipocresía se debe afrontar la cuestión y optar entre ilegalizar la prostitución, considerarla un delito y luchar contra ella como en Suecia o gestionarla como en Alemania u Holanda, donde es legal para las residentes comunitarias. Entenderla como una forma de explotación por abolir o como una ocupación que debe ser regulada aunque no sea deseable. Algo así como gestionar los deseos o afrontar la realidad por poco que nos guste. Las multas a los infractores que prevén las ordenanzas se han demostrado inútiles y pasar la pelota y responsabilizar a Interior no es una opción aceptable si el PSC pretende conservar el activo político de gobernar Barcelona.

La ciudad tiene que decidir qué quiere ser en el siglo XXI. De momento, la imagen de modernidad olímpica va virando hacia el botellón y la juerga para las hordas del low cost. Si en algún momento hubo heroína barata, ahora es barato el alcohol y la prostitución y si no se ataja también tendremos una ciudad barata. Hace tiempo que a Barcelona le falta modelo y empuje.

La última gran operación urbanística, el Fórum, fue un fracaso comunicativo y un éxito urbanístico a medias. El cambio de La Mina y el Fórum ha sido radical, pero queda mucho por hacer más allá de superar que una zona de lujo huela mal y esté infrautilizado un desierto de cemento.

Tras la operación Clos, la audaz idea de hacer ministro a un alcalde con mala imagen y que comprometía el futuro del PSC en la capital, llegó un alcalde simpático, en minoría, sin política comunicativa y que no lidera. Hereu y su equipo languidecen como si les pesaran los años de gobierno que han hecho pasar al PSC del 45% de los votos de 1999 al 30% de 2007. Según las encuestas, los socialistas pierden terreno electoral a pesar de no tener delante a un líder carismático pero sí a un político serio y que trabaja desde la oposición, favoreciendo acuerdos como el de la recalificación del Miniestadi.

Éste es un ayuntamiento de medidas a medias. Un debate sobre la Diagonal poco vivo, una instalación de espacios Wi-Fi de juguete y una gratuidad de los museos los domingos por la tarde, que se replantea poco después de empezar. El PSC tiene un problema serio en Barcelona, que va más allá del gobierno de la principal ciudad de Cataluña. Tiene mucho que ver con el proyecto político de izquierdas. Michel Rocard, cuando era primer ministro de Mitterrand hace dos décadas, advirtió de que Francia no podía acoger toda la miseria del mundo. El nuevo siglo reclama urgentemente a la izquierda nuevos planteamientos sobre viejos temas como la seguridad, la inmigración y el crecimiento económico. La OPA de Sarkozy a los socialistas franceses y la inanidad intelectual de sus respuestas, agravada por las rencillas, debería dar que pensar a sus vecinos.

ESTHER VERA
El País

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El Turó de la Rovira agoniza pese a tener la mejor vista de la ciudad

2-9-09

Bromear sobre la supuesta inteligencia militar es un recurso muy habitual entre los enemigos de todo lo castrense. Sobre el terreno urbano, sin embargo, los restos de tiempos bélicos dan cuenta de una lógica y un sentido práctico indiscutibles. Sino, ¿por qué se iba a colocar una batería antiaérea en un lugar como el Turó de la Rovira? Más de 60 años después de que se levantara este fortín que debía anular la aviación de los rebeldes franquistas, este vestigio republicano mantiene una posición privilegiada –con, quizás, la mejor vista de Barcelona– y un nuevo enemigo: la basura y la dejadez.

Este diario publicaba el pasado noviembre que el lugar, con fronteras difusas entre Horta-Guinardó y Gràcia, estaba reluciente. A día de hoy, más allá de las pintadas que incluso le dan un toque contemporáneo al asunto, plásticos, cartones, bolsas de desechos, vallas municipales, sillas, potes de pintura, material inflamable y de construcción en general conforman el paisaje inmediato, el de mirar hacia abajo en lugar de contemplar el frontispicio. «Si esto estuviera arreglado, tendríamos más visitantes que el parque Güell», pronosticaba una vecina de la cercana calle de Mühlberg.
En el interior de la instalación, en la que grupos de jóvenes se expresan a golpe de espray, se agolpan bolsas de súper que más vale no abrir; del cableado eléctrico cuelgan una decena de pares de zapatillas deportivas que, según a quién se crea, marcan el terreno de una banda, sitúan puntos de venta de droga, indican una zona sin vigilancia policial o, simplemente, son una manera más de mostrar el enfado juvenil con el mundo. «Ya hace tiempo que esto está así de mal, pero ya se sabe que en este barrio nos tienen del todo olvidados», denuncia Ricardo, acompañado de unos amigos y unas bolsas de patatas y cervezas. Al caer el sol, un grupo de cuatro fotógrafos aficionados llega a lo alto del Turó de la Rovira. Vienen aconsejados y el continuo clic de sus cámaras denota que la caminata ha valido la pena. «Esto tiene que ser increíble cuando sale el sol, lástima que esté tan lleno de mierda», lamenta el más veterano.

PLAN FARAÓNICO / El Turó de la Rovira forma parte de un proyecto faraónico con el que el ayuntamiento prevé dotar a la ciudad de un nuevo espacio verde de 122 hectáreas de parque. Conocido como el plan de los Tres Turons, prevé la expropiación de unas 300 casas situadas en zona verde –cuyos propietarios serán realojados en viviendas cercanas– y convertirá la batería antiaérea en un espacio que explicará cómo se defendía Barcelona de los bombardeos de las fuerzas franquistas.
Fuentes del ayuntamiento precisaron ayer que el lugar será limpiado antes de fin de año y que el futuro centro lúdico, en cuyo proyecto trabaja el Museo de Historia de la ciudad, podría tardar un año más.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
El Periódico

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Barcelona culpa a Interior del aumento de la prostitución

2-9-09

Los vecinos y comerciantes del barrio barcelonés del Raval que piden una solución frente al aumento de la prostitución, con zonas en las que el sexo se practica al aire libre, se toparon ayer con una frustrante respuesta de las administraciones. Todas (Ayuntamiento, Generalitat y Delegación del Gobierno central) admiten su incapacidad para atajar el fenómeno, responsabilizan a las otras y recuerdan que la prostitución y El Raval llevan siglos cohabitando.

El Ayuntamiento (PSC e IC) sostiene que, con la ordenanza de civismo (en vigor desde 2006 y que prevé multas para prostitutas y clientes), identifica y sanciona a las mujeres, la mayoría inmigrantes sin papeles. Después las entrega al Cuerpo Nacional de Policía del Ministerio del Interior. Si las mujeres no son expulsadas del país, ya no es cosa suya, sostiene. La Delegación del Gobierno en Barcelona eludió públicamente contestar a estas acusaciones del gobierno municipal, aunque recordó que no basta con la entrega de una inmigrante irregular sin identificar, porque esto imposibilita su expulsión a países del África subsahariana con los que no existe convenio de extradición. Los Mossos d'Esquadra, por su parte, afirman que su cometido no es perseguir a las prostitutas.

En la oposición, Convergència i Unió aseguró que el Ayuntamiento no aplica con rigor la ordenanza y criticó que la plantilla de la Guardia Urbana se vea mermada un 60% en verano. Para el PP, el problema es que la ordenanza es "confusa y difícil de aplicar", mientras que ERC pidió un "pacto político".

Ante la ineficacia de la ordenanza, vecinos del Raval, comerciantes de la Boqueria y las trabajadoras sociales que ayudan a las prostitutas se mostraron partidarios de legalizar la prostitución para que las mujeres ejerzan en locales regulados.

El País

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Hereu afronta su peor inicio de curso por el incivismo

El equipo de gobierno del alcalde Jordi Hereu inicia el nuevo curso con varios frentes abiertos con un denominador común: la ordenanza cívica. Por un lado, por la petición tanto de algunos hoteleros, comerciantes y vecinos de modificar la normativa para impedir el ir semidesnudo por la calle o en establecimientos, algo cada vez más habitual, como ha ido informando este diario a lo largo del verano, y, por otro, por la exigencia especialmente pronunciada por la oposición de que se aplique con firmeza la ordenanza en las prohibiciones que sí recoge, como el orinar en la vía pública, una práctica usual en zonas del centro de la ciudad, o el practicar sexo de pago en las zonas de las playas, de las que también ha dado debida cuenta EL PERIÓDICO. La gota que ha colmado el vaso ha sido la publicación, ayer en El País, de unas brutales imágenes mostrando con toda claridad actos sexuales con prostitutas bajo los porches del mercado de la Boqueria.
Con este panorama se encontrará esta mañana la concejala de Seguridad, Assumpta Escarp, que fue ponente de la norma que se aprobó en diciembre del 2005 con los votos a favor de PSC, ERC (entonces socios en el gobierno) y CiU. Lo hará durante el balance que hará de un verano en el que además de las obras que invaden Barcelona han tenido protagonismo escenas incívicas principalmente en un centro de la ciudad atestado de turistas. Y lo hará una semana después de que el alcalde Hereu afirmara, el día de la entrega de los premios de las fiestas de Sants, que este verano había destacado por la seguridad en las calles.
La publicación de las imágenes de la Boqueria encendieron de nuevo las críticas de la oposición (CiU, PP y ERC), que ayer coincidió en acusar al equipo de gobierno de falta de interés en la aplicación de la ordenanza de civismo y exigieron al consistorio más efectividad policial para aumentar el nivel de cumplimiento. El líder municipal republicano, Jordi Portabella, incluso pidió un pacto unitario al que se sume ICV-EUiA (que aun siendo socio del entonces tripartito no apoyó la ordenanza) para acabar con la degradación del espacio público, que ha alcanzado, dijo, «límites inaceptables» en puntos como en la Boqueria.

CERRAR A LA BOQUERIA / Precisamente el presidente de este mercado, Manel Ripoll, exigió ayer que «se cierre el mercado con vidrio para garantizar la seguridad durante la noche», una medida, la de vetar la entrada al recinto, que también pronunció el líder municipal de CiU, Xavier Trias. La solución que según la Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) evitaría escenas de sexo de pago en plena calle es la legalización de la prostitución, porque, explicó su vicepresidente, Jordi Giró, la acción policial «sólo consigue que el problema se traslade de lugar». Una opinión que compartieron entidades que trabajan con prostitutas.

El Periódico

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Sexo de pago en plena calle junto al mercado de La Boqueria

Comerciantes y vecinos de Barcelona protestan ante el ejercicio de la prostitución en la zona

La dueña señala un condón usado junto a su tienda de bolsos. Esta vendedora, que opta por el anonimato, trabaja en La Boqueria, el mercado más célebre de Barcelona y uno de sus principales atractivos turísticos. Lo primero que tiene que hacer cada madrugada cuando abre es deshacerse de los restos que han dejado noches muy movidas: el mercado de comestibles se convierte cuando se hace oscuro en "una casa de citas" según el presidente de los tenderos, Manel Ripoll. Las prostitutas prestan sus servicios, por escasos 20 euros, entre las columnas que rodean la Boqueria, que ofrecen un escondite muy precario de La Rambla adyacente y siempre abarrotada de turistas.

En esos porches se refugian, entre carteristas y vagabundos que duermen, las prostitutas más degradadas de la ciudad, aquellas que no disponen de un piso para trabajar o que no pueden competir en las inmediaciones del Camp Nou, el otro foco clásico de prostitución en Barcelona, junto al Raval. Jóvenes africanas -muchas víctimas de la explotación- y, especialmente, travestidos latinoamericanos aprovechan los muchos recovecos oscuros y escondidos de la zona sur del Raval.

Y eso que la Boqueria es "una zona donde el tránsito de alimentos es continuo, por lo que las condiciones de salubridad tienen que ser óptimas". No fue uno de los vendedores quejumbrosos quien resumió de forma tan certera el problema, sino Carles Martí. Era 2003 y ejercía de edil del distrito de Ciutat Vella. El hoy primer teniente de alcalde de Barcelona anunció entonces que cerraría los porches de noche, y le aplaudieron los comerciantes.

Seis años y una ordenanza cívica después no ha cambiado nada en ese lugar. Los políticos municipales siguen dándole vueltas a la norma, que prevé multas para quien ofrezca y demande sexo en la calle. Mientras discuten si ahora debe regular la libertad de los paseantes a vestirse como quieran, la ordenanza fracasa noche tras noche en La Rambla.

"Es vergonzoso. Las niñas hacen de todo entre las columnas y los camiones de mercancías", dice la dueña de un puesto de quesos. A media mañana, entre turistas despistados y comerciantes ajetreados aún se ve alguna jeringuilla junto a la terraza de algún bar. Y cuando los puestos cierran, aún quedan embalajes de preservativos por los rincones. "Es mi desesperación como presidente", se lamenta Ripoll.

Poco puede hacer ante este panorama la encargada de hacer cumplir la ordenanza, la policía local. Un portavoz cuenta que las prostitutas se van a otras zonas del barrio cuando las persiguen en La Rambla. Y vuelven a esa vía cuando las van a buscar allí. Así indefinidamente.

"No se puede atacar el fenómeno con presión policial", opina Eva Fernández, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona: "Hasta que no se regularice la prostitución no vemos ninguna posibilidad de influir de forma efectiva en el fenómeno", explica. Hasta entonces, prosigue, habrá prostitutas en la calle.

Así que ni ordenanzas ni policías. Hacer posible que las prostitutas puedan constituir "cooperativas" para habilitar "espacios autogestionados" y escapar así de la precariedad es la receta que propone Fernández. "El problema es que la normativa municipal hace muy difícil abrir un local de este tipo en el Raval", añade.

Y eso que en el barrio los hay y los ha habido. Los evocó en su obra Manuel Vázquez Montalbán, que creció allí, los retrató Josep Maria de Sagarra, que se adentró en la zona durante su juventud burguesa, y los recuerda Maria Casas, presidenta de la asociación de vecinos Taula del Raval. "Antes había meublés y bares con un reservado, y esas mujeres convivían con los vecinos", narra.

Aún se ve alguna de esas viejas trabajadoras por la calle de Robadors, pero ya hace tiempo que la mayoría ha sido sustituida por las jóvenes inmigradas, que no sólo se prostituyen, sino que también roban y se pelean entre ellas por los clientes. "Es su cuerpo y pueden decidir qué hacen con él. Se debe diferenciar entre ese derecho de las personas y el incivismo, la violencia y la agresión", dice Casas, que también reclama espacios para que estas trabajadoras puedan abandonar la calle.

Otras soluciones al problema pasan por el urbanismo. "Estaría muy bien dar más licencias para tener una zona de terrazas, como en la plaza Reial", apunta Oti Pérez. Tiene uno de los pocos restaurantes que hay en los porches y se ve obligada a cerrar cuando anochece y las prostitutas y los ladrones se adueñan de la zona.

Sin entrar en esa posibilidad, el Ayuntamiento señala ahora que afrontará el problema cuando reforme la plaza de la Gardunya. Este espacio al que todos los edificios colindantes dan la espalda y que alberga un aparcamiento será objeto de la última gran intervención de las que ha sufrido el Raval en los últimos decenios. La reforma ha arrancado este año, y deberá acabarse en 2012. Ripoll confía en que entonces se atienda su demanda de cerrar los porches. Mientras tanto, los comerciantes deberán seguir rociando con agua y lejía el suelo cada mañana, antes de transportar a sus tiendas los comestibles.

Cuatro años de fracaso

- Diciembre de 2005. La ordenanza cívica de Barcelona se aprueba en diciembre de 2005 y entra en vigor en enero de 2006. Prohíbe la mendicidad, la venta ambulante y todo tipo de actos incívicos. La prostitución callejera está prohibida si supone una invasión del espacio público o se produce a menos de 200 metros de un colegio. Las sanciones previstas por ofrecer o pedir sexo en la calle son de entre 300 y 750 euros para el cliente y para la prostituta.

- Enero de 2006. Montserrat Tura propone en enero de 2006, siendo consejera de Interior, regular "los servicios sexuales a cambio de remuneración". La prostitución sólo sería posible en locales con licencia, gestionados por las propias trabajadoras en régimen de autogestión o en establecimientos alquilados a terceras personas. Los clientes estarían obligados a utilizar preservativos y los meublés llevarían registro del carnet de identidad de los clientes. El proyecto queda en nada por falta de acuerdo dentro del propio tripartito.

- Junio de 2006. A los seis meses de la entrada en vigor de la ordenanza, el Consistorio hace un primer balance. Se habían impuesto 2.030 sanciones por prostitución; 760 fueron para prostitutas sancionadas por ofrecer sus servicios a menos de 200 metros de un centro escolar; 518 clientes fueron multados por demandar los servicios. La mitad de los clientes pagó la multa en el acto. Sólo 23 sanciones eran por la realización del acto sexual en la calle. Estas multas oscilan entre 1.500 y 3.000 euros.

- Datos de 2007. En 2007, último ejercicio del que hay datos, el Ayuntamiento barcelonés impone 2.937 sanciones por ejercer la prostitución en la vía pública; 874 recaen en clientes. También se impone un centenar de sanciones por ir desnudo, a partir de una denuncia ciudadana ya que la ordenanza no lo prohíbe y se recurre a multar por ofender las convicciones y pautas sobre la convivencia.

- Diciembre de 2007. En 2004, el Consistorio dio cuatro años a los prostíbulos para que se adaptasen a la nueva norma de burdeles. En diciembre de 2007, les concede una moratoria de un año. Hay entonces 202 prostíbulos: 176 no han hecho obra alguna y 26 se han adaptado a la normativa municipal. En ellos trabajan 4.000 personas y se estima en 20.000 el número de prostitutas repartidas entre los locales, pisos y la calle. Un año más tarde, en diciembre de 2008, anula la ordenanza por la imposibilidad de hacerla cumplir. Sólo rige para los locales de nueva creación. Los antiguos basta con que soliciten la licencia, en el caso en que carecieran de ella. La nueva normativa de prostíbulos lleva al cierre de 18 meublés; 13 lo hacen de forma voluntaria al recibir la notificación de que no tienen licencia y 5 son precintados. A otros 14 se les abre expediente por idéntico motivo. La ordenanza municipal obliga a los locales de alterne a no lindar con pisos de vecinos y estar lejos de centros de enseñanza, instituciones públicas e iglesias.


BERTRAN CAZORLA 01/09/2009
El País

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