1-7-09
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona va a tener que realizar filigranas si quiere una mayoría para aprobar el reglamento de Usos Lingüísticos. Tomando como base el texto modelo que propone el Consorcio de Normalización Lingüística, pero introduciendo significativos matices a la baja, la primera propuesta que ya se ha entregado a los grupos para su discusión queda en un terreno de nadie que ahora hace muy difícil su viabilidad política. Sin quererlo ni beberlo, empujado por CiU y ERC, al alcalde Hereu se le enreda el debate lingüístico.
Por descontado, el texto no cuenta con el apoyo del grupo del PP -que ha presentado un texto alternativo a favor del bilingüismo-, mientras que los dos grupos nacionalistas se topan con una propuesta que queda lejos de sus pretensiones.
«Preferentemente»
En el caso de la federación nacionalista, la propuesta del gobierno difiere significativamente del texto que los primeros presentaron el pasado mes de octubre, y que al final retiraron ante la falta de apoyos. Si CiU se ceñía casi en lo literal al modelo sugerido por el Consorcio de Normalización -«Las actuaciones internas del Ayuntamiento de Barcelona deben hacerse en catalán» (art. 3.1)-, la propuesta oficial introduce el matiz del «preferentemente en catalán». En otros casos se habla de «normalmente» o «habitualmente» en catalán, apostillas a la baja que se repiten a lo largo de todo el articulado y que, a criterio del PP, evitan lo que sería una impugnación segura en los tribunales.
En la misma línea, la propuesta del Ayuntamiento, aunque mantiene la obligación de que contratistas y proveedores presenten la documentación en catalán, matiza que los servicios y bienes objeto del contrato se presten en esta lengua sólo en la «máxima medida posible».
Con el texto aún en discusión, el grupo de ERC ya adelantó ayer que presentará alegaciones para blindar el uso del catalán. Forzado a sacar adelante el texto con los grupos nacionalistas, el gobierno Hereu tiene difícil el pacto.
Àlex Gubern - Abc
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El Ayuntamiento usará sólo el catalán en sus comunicaciones con el ciudadano
El Ayuntamiento de Barcelona pretende aprobar un reglamento de uso de la lengua catalana que, de hecho, consagrará el monolingüismo de facto que ya practica la administración local en muchos ámbitos. Atendiendo lo que dispone desde 1983 la ley de Política Lingüística -y que el Consistorio ha ignorado desde entonces-, el gobierno de Jordi Hereu está elaborando un reglamento de usos lingüísticos que pretende pactar con los grupos municipales.
Por el momento, los grupos ya disponen de un primer documento -que fuentes municipales califican de provisional y aún en redacción-, y que ahora será discutido en una ponencia que va a convocarse en pocos días. De entrada, el PP ya ha rechazado tal texto, presentando uno alternativo con la defensa del bilingüismo como premisa.
La propuesta de reglamento elaborada por el equipo de gobierno desarrolla los principios que emanan del Estatut y de la Carta Municipal, textos que consagran el catalán como «lengua de uso normal y preferente del Ayuntamiento de Barcelona». Nada distinto a lo que ya se hace ahora.
No obstante, algunos de los puntos propuestos sí que podrían representar un cambio respecto a las prácticas actuales. Así, el artículo 5.3 señala que «las comunicaciones y notificaciones dirigidas a personas físicas y jurídicas residentes en el ámbito lingüístico catalán deben hacerse en lengua catalana, sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a recibirlas en castellano, si lo solicitan». Este punto representaría por ejemplo abandonar el bilingüismo que ahora es común en documentos como las multas de tráfico o las comunicaciones del Instituto Municipal de Hacienda.
Otros dos puntos (4.1 y 4.2) podrían tener repercusiones en el ámbito empresarial, al obligar a que todos los «estudios, proyectos, y trabajos» encargados a terceros dentro del «ámbito territorial catalán» deban entregarse en catalán. Del mismo modo, se especifica que en los contratos administrativos constará que contratistas y proveedores deben presentar la documentación en catalán.
Alberto Fernández (PP) denunció el uso reiterado en el documento del concepto «prefrentemente en catalán», lo que trataría de evitar la impugnación del texto en los tribunales. Fuentes municipales lamentaron la «anticipación del PP la descalificación e impugnación de un texto todavía en fase de discusión».
À. GUBERN – ABC - 01/07/2009
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El PP impugna con un texto alternativo el reglamento lingüístico del Ayuntamiento de BCN
Los 'populares' proponen que se reconozca la pluralidad en todos los campos/ Fernández Díaz cree que el Consistorio busca «excluir el castellano del ámbito público»
El PP de Barcelona ha decidido pasar a la acción ante lo que entiende como un atropello a los derechos lingüísticos de los castellanohablantes. El presidente del grupo popular en el Ayuntamiento, Alberto Fernández Díaz, presentó ayer el texto alternativo de su partido al anteproyecto de reglamento de uso de la lengua catalana del Consistorio barcelonés. En él se centra en defender que el bilingüismo de la sociedad se traslade a todas las actuaciones relacionadas con el Ayuntamiento.
Los 21 artículos de la propuesta del PP se presentaron como una enmienda a la totalidad pero en realidad son un reglamento independiente del original. Fernández Díaz subrayó que el texto es una alternativa al reglamento de usos de la lengua catalana que el Instituto de Estudios del Consistorio ha confeccionado para presentar a la ponencia conjunta de todos los grupos municipales.
En su opinión, el documento pretende «excluir el castellano del ámbito público con el pretexto de potenciar el catalán», porque prevé que esta lengua sea de uso general «en todas sus tareas y relaciones», y que todos los cargos municipales se expresen «preferentemente en ese idioma».
En el preámbulo, el texto alternativo del PP recuerda que «la Constitución española consagra el castellano y el catalán como lenguas oficiales de Cataluña», y que esa categoría se observa también en el Estatut y en la Carta Municipal. También llama a «preservar y garantizar» la realidad de la ciudad, en que «los vecinos utilizan, de forma indistinta y desde el ejercicio de la libertad individual», tanto el castellano como el catalán.
El cuerpo del texto impugnado por el PP proclama la necesidad de realizar «preferentemente en catalán» todas las actuaciones internas del Ayuntamiento (actas, impresos, maquinaria, ejecución administrativa). Los populares creen que esa terminología encubre lo que en la práctica será un monolingüísmo granítico, y que sólo se usa para «evitar la impugnación del reglamento en los tribunales».
Fernández Díaz dijo que otros puntos del reglamento también «discriminan el castellano», como el artículo 4.1, que reza: «Aquellos proyectos, estudios y trabajos encargados a terceros en el ámbito catalán deberán ser entregados en lengua catalana si su finalidad no exige la redacción en otra lengua». O también el que le sigue, que insta a los contratistas y proveedores del Ayuntamiento a presentar la documentación necesaria en esa lengua.
Además, y según el anteproyecto de reglamento, se redactará en lengua catalana «la documentación que el Ayuntamiento haga llegar a cualquier administración pública situada dentro del ámbito lingüístico catalán» y las «comunicaciones del Ayuntamiento dirigidas a la Administración civil o militar del Estado y a la Justicia dentro del ámbito lingüístico catalán». Hay ejemplos en la misma dirección en materia de rotulación y señalización y en toponimia.
Fernández Díaz cree que «todos estos ejemplos son la muestra clara de cómo el Ayuntamiento no apuesta por una Barcelona bilingüe». Su grupo municipal propone, en contra del anteproyecto, que «la organización municipal use tanto el castellano como el catalán en su actuación, garantizando el derecho de los ciudadanos a ser atendidos por la Administración en la lengua oficial que elijan, así como que todos aquellos expedientes, documentos, comunicaciones, notificaciones e impresos se redacte en ambas lenguas».
Para preservar esa pluralidad lingüística, el Partido Popular defiende que se garantice el uso de los dos idiomas oficiales, el catalán y el castellano, en «la atención del personal, las rotulaciones, las publicaciones, la publicidad institucional y las páginas web», entre otros ámbitos.
La propuesta del PP también incluye un apartado en el que se refiere al impulso institucional que en su opinión el Ayuntamiento de Barcelona debe dar a las dos lenguas oficiales «con pleno respeto a la pluralidad». Además, el texto contiene una vieja reivindicación de los populares y otros grupos preocupados por la presencia del castellano en la escuela: el grupo de Fernández Díaz propone que «el Consorcio de Educación promueva que los padres puedan escoger la lengua oficial en la que quieren educar a sus hijos, garantizando el conocimiento de ambas lenguas».
DANIEL G. SASTRE – EL MUNDO - 01/07/2009
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Hablar con Hereu en catalán y castellano
CONTRA LA IMPOSICIÓN, la libertad de elección. La posibilidad de escoger catalán o castellano como lengua de comunicación con la Administración sin cortapisa alguna. Ésa es la propuesta del grupo popular en el Ayuntamiento de Barcelona, que ha presentado un enunciado de reglamento lingüístico para el Consistorio barcelonés alternativo al elaborado por el equipo de Hereu para llevar a la ponencia conjunta que integran todas las formaciones municipales.
Desde el PP tan sólo se hace un llamamiento al sentido común, que en materia de derechos lingüísticos es bastante poco frecuente entre los políticos catalanes. Desde el Partido Popular tan sólo se reclama que los ciudadanos puedan recibir información desde su Ayuntamiento en catalán pero también en castellano, porque ambas -aunque algunos pretendan olvidarlo- son lenguas oficiales en Cataluña. Desde el Partido Popular tan sólo se exige que los padres puedan decidir la lengua en que quieren que sus hijos se escolaricen, que se garantice el uso de ambas lenguas en «la atención del personal, las rotulaciones, publicaciones, publicidad institucional...» En definitiva, desde el Partido Popular tan sólo se apuesta por hacer realidad el bilingüismo, por no excluir el castellano con la excusa de que se tiene que potenciar el catalán. Parece difícil que el bipartito municipal -PSC e ICV- escuche a los populares. Tampoco lo hará la oposición, ni ERC ni CiU. Pero el del PP es tan sólo un llamamiento al sentido común.
EL MUNDO - 01/07/2009
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Usos y abusos lingüísticos
La debilidad política de Jordi Hereu está pasando factura a Barcelona y, sobre todo, a los barceloneses. El alcalde pacta sin criterio las medidas que afectan a la gestión municipal y ahora se decanta por el más puro estilo nacionalista discriminatorio para sacar adelante el Reglamento de usos lingüísticos del Ayuntamiento de Barcelona.
Ha sucumbido a los ímpetus radicales lingüísticos de CiU, a la vez que satisface a ERC, para generar problemas donde no los hay. Con el reglamento propuesto por Xavier Trías, Hereu pretende excluir el castellano del ámbito público de la ciudad, bajo el pretexto de potenciar el catalán. Se trata de un nuevo paso hacia una Barcelona nacionalista a la que nos resistimos quienes apostamos firmemente por la libertad y el reconocimiento del bilingüismo.
El grupo municipal popular ya ha presentado una propuesta alternativa para garantizar los derechos constitucionalmente reconocidos, para que los ciudadanos puedan ser atendidos por la administración en la lengua oficial que elijan. La propuesta popular defiende que los padres puedan escoger la lengua con la que quieren educar a sus hijos.
Hereu imita al president José Montilla, que acaba de aprobar con el apoyo de CiU la Ley de Educación de Cataluña, con la que se blinda la inmersión lingüística en favor del catalán y en detrimento del castellano. El intento de extender las políticas nacionalistas excluyentes al Ayuntamiento de Barcelona perjudica gravemente la imagen de ciudad abierta y plural de la que siempre ha gozado la capital catalana.
El alcalde Hereu tiene en sus manos la herramienta que le hemos proporcionado para evitar que el sectarismo también domine el ámbito municipal. No vamos a permitir que se llame política lingüística a la exclusión del castellano y al soterramiento de la cooficialidad de las dos lenguas que conviven sin problemas en la vida ciudadana.
Más que un reglamento de uso lingüístico, la propuesta del equipo de gobierno municipal es un abuso condescendiente con el nacionalismo, una vuelta de tuerca más en la capital española con mayor vocación internacional y que siempre se ha mostrado como ejemplo de acogida sin imposiciones lingüísticas. Hereu no debería cometer el error de Montilla de dejarse abrazar por los nacionalistas como remedio a la falta de apoyos políticos para sacar adelante sus medidas de gestión.
Hasta ahora se ha relegado el castellano al ámbito municipal a las multas y a los impuestos, porque a la hora de recaudar sí se respeta la cooficialidad lingüística. El alcalde tiene la oportunidad de aceptar la alternativa que defiende el PP, con una propuesta lingüística basada en la libertad y el reconocimiento del bilingüismo. Generar la controversia lingüística en Barcelona no es más que añadir problemas inexistentes.
Abc 9/7/09
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